Todo ello indica que el incremento de los rendimientos nominales y la rebaja de la calificación por parte de Moody’s se deben a algo distinto: una prima de incertidumbre.
Por tanto, ¿dónde está riesgo?
Los activos financieros son derechos legales sobre los flujos de caja. El activo de un inversor es el pasivo de otra persona. En este contexto, los rendimientos del Tesoro existen para compensar a los prestamistas por la incertidumbre respecto del futuro. Al crecer la incertidumbre, la liquidez se reduce y los rendimientos aumentan. La subida de los rendimientos del Tesoro equivale a un mayor pasivo de Estados Unidos.
Aunque la situación se mantiene fluida, creemos que es razonable suponer que nos enfrentaremos a los aranceles más elevados que hemos visto en nuestra vida. En ese caso, los aranceles son un impuesto y extraen dinero real (liquidez) de la economía, motivo por el cual los inversores exigen una remuneración, lo que nos deja en un escenario distinto del de la década de 2010.
Por qué la Fed quizá no sea de gran ayuda la próxima vez
Nuestro sector da una gran importancia a la Reserva Federal estadounidense. En cierto modo, entiendo el motivo. Durante años, y a raíz de la experiencia posterior a la crisis financiera mundial, losinversores han creído que los bancos centrales controlan el precio del tiempo. Sin embargo, durante gran parte de ese periodo, las cargas de la deuda de Estados Unidos iban en aumento y el país recibía grandes entradas de capitales.
Históricamente, la caída de los tipos de los fondos federales ha estado acompañada por un descenso de los beneficios corporativos y un debilitamiento del crecimiento económico. Si bien, históricamente, un entorno de crecimiento débil ha ejercido una presión bajista en los rendimientos, creo que la combinación de una carga de la deuda ya elevada con una mayor incertidumbre puede impedir que los rendimientos de la renta fija a largo plazo se reduzcan aunque la Fed recorte los tipos. Dicho de otro modo, es posible que las futuras rebajas de los tipos impulsen los beneficios y los precios de los activos financieros en menor medida que antes.
Conclusión
Aunque la elevada carga de la deuda estadounidense no muestra indicios de reducirse, la liquidez del país sí. A diferencia de lo sucedido en años anteriores, el inversor en bonos del Tesoro de hoy en día se ha mostrado mucho más sensible ante la nueva incertidumbre y exige una prima más elevada.
Aunque la guerra comercial puede desembocar o no en una guerra en toda regla entre el capital y la liquidez, un riesgo crónico largamente ignorado, el déficit presupuestario de EE. UU. puede convertirse ahora en un riesgo grave.
Si bien no anticipamos nada parecido a una crisis de la deuda en Estados Unidos, los costes de financiación de los consumidores y las empresas pueden mantenerse elevados ante una bajada de los tipos de los fondos federales a medida que avance el año. Creemos que esta situación podría traducirse en una amplia dispersión entre los resultados operativos y financieros de los negocios capaces de moverse en este nuevo mundo y los del resto.
Esto podría poner fin a años de rentabilidad superior de las estrategias gestionadas de forma pasiva y suponer el inicio de un nuevo régimen en el que la rentabilidad esté definida por los fundamentales en lugar de por las autoridades políticas.
Las opiniones expresadas pertenecen al autor o autores y pueden variar en cualquier momento. Dichas opiniones se ofrecen exclusivamente a título informativo y no deberán considerarse una recomendación para comprar ningún título ni una incitación o asesoramiento de inversión. Las previsiones no están garantizadas. Las rentabilidades pasadas no garantizan los resultados futuros.