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Cinco cosas sobre la inversión prudente

La inversión prudente prioriza la conservación del capital de los clientes, a la vez que busca un crecimiento sostenible a lo largo de los ciclos del mercado. Implica ser consciente del riesgo, mantener la disciplina en los momentos de euforia y centrarse en factores que sí pueden controlarse, como la selección de activos y su valoración. Aprendiendo de los errores del pasado y estando siempre preparados para actuar ante nuevas oportunidades, los asesores financieros pueden guiar a sus clientes hacia el éxito a largo plazo sin asumir riesgos innecesarios.

   

1. Adoptar una postura prudente implica ser consciente del riesgo, no mostrar aversión al riesgo.

El capital del cliente es valioso. La pérdida permanente de capital representa el mayor riesgo al que se enfrentan los inversores. Los mercados fluctúan, y capear el temporal con cautela ofrece más posibilidades de mantenerse a flote cuando la tormenta amaina. Por ello, los inversores prudentes centran su atención en lograr una apreciación real del capital a lo largo del ciclo económico, en lugar de asumir riesgos excesivos para maximizar la rentabilidad a corto plazo.

2. Ser prudente significa mantener la disciplina frente a la euforia.

Los inversores son humanos y se dejan llevar por las emociones, lo que puede dar lugar a un entusiasmo excesivo. Cuando la euforia invade los mercados —alimentada por la abundancia de financiación, un ciclo expansivo o un contexto geopolítico estable—, es fácil perder la perspectiva. Sin embargo, la exuberancia siempre acaba disipándose. Los inversores prudentes permanecen disciplinados y preparados para aprovechar las oportunidades cuando realmente se presentan.

3. Ser prudente significa centrarse en lo que se puede controlar.

Predecir con precisión el ciclo económico y su impacto en los precios de los activos es extremadamente difícil. Los inversores prudentes lo saben y se enfocan solo en lo que está en su mano: qué activos entran en su cartera y a qué precio los compran.

4. Ser prudente significa aprender del pasado.

Nos cuesta admitir los errores, pero aprender de ellos es clave. Los inversores prudentes invierten con cautela, y las valoraciones exigentes les ponen en guardia. A veces, el análisis retrospectivo revela que una tesis de inversión era errónea. Cuando esto ocurre, saber reconocerlo y corregirlo con rapidez es señal de madurez inversora.

5. Ser prudente significa buscar oportunidades de forma activa.

La prudencia no implica inacción. Aunque los inversores prudentes pueden adoptar una posición defensiva ante los riesgos de mercado o unas valoraciones exigentes, eso no significa que estén paralizados. Preservar el capital en activos líquidos y de alta calidad les permite generar rentabilidad mientras esperan, y reposicionar su cartera con agilidad cuando el entorno se vuelve más favorable.

 

 

Las inversiones en instrumentos de deuda pueden disminuir de valor como resultado de una rebaja en la solvencia crediticia del emisor, prestatario, contraparte u otra entidad responsable del pago, o la garantía subyacente, o por cambios económicos, políticos, específicos del emisor o de otro tipo, así como por la percepción de dichas condiciones. Algunos tipos de instrumentos de deuda pueden ser más sensibles a estos factores y, por consiguiente, más volátiles.

Asimismo, los instrumentos de deuda conllevan el riesgo de tipos de interés (cuando los tipos de interés suben, normalmente los precios bajan). Por consiguiente, el valor de la cartera puede disminuir en entornos de subidas de tipos.

Las opiniones expresadas pertenecen al autor o autores y pueden variar en cualquier momento. Estas opiniones se presentan exclusivamente a título informativo y no deben considerarse como una recomendación para comprar cualquier valor o como una solicitud o consejo de inversión. Las previsiones no están garantizadas. Las rentabilidades pasadas no garantizan los resultados futuros.

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