En caso de que una recesión se materializase antes de lo previsto y revistiese gravedad, el calendario de las rebajas de tipos se acortaría. No obstante, en vista del carácter persistente que presenta la inflación subyacente de EE. UU. en la actualidad, creemos que sería necesario que nos adentrásemos claramente en una recesión para que la Fed modificase su política. Si bien los indicadores adelantados sobre el crecimiento —como los índices de gestores de compras (PMI, por sus siglas en inglés)— han registrado un descenso junto con el sector manufacturero, el sector servicios ha mostrado mayor solidez de la prevista. Este último ha catapultado tanto el crecimiento como la inflación, especialmente en EE. UU., además de encabezar el crecimiento en los grandes bloques principales —a saber, en la zona euro y en EE. UU., así como durante los primeros compases de la reapertura de China—, lo cual supuso una sorpresa al alza en relación con nuestras expectativas. Prevemos que los riesgos bajistas aumentarán conforme avance el año, y nuestro escenario central continúa siendo que EE. UU. entrará en recesión en vista de los efectos retardados del endurecimiento de la política monetaria. Los bancos centrales siguen prefiriendo reaccionar a los datos, lo que aumenta las probabilidades de que cometan errores en materia de política monetaria.
Cabe destacar que los bancos regionales prestan servicio a un gran número de pymes en EE. UU., y estas constituyen el eje vertebrador de la economía del país norteamericano. Si estos bancos limitan la concesión de préstamos, ello afectará al crecimiento del sector servicios y podría modificar el paradigma del empleo.
Repercusiones para la inversión
Habida cuenta de que nuestro escenario base contempla una recesión en EE. UU., véase a escala mundial, tendremos que estar atentos a la evolución de Europa y China durante los próximos meses. En vista de que la inflación ha tocado techo en EE. UU. y de que los mercados han registrado una cierta desaceleración con motivo de los datos sobre la inflación subyacente, puede que hayamos dejado atrás el régimen de turbulencias derivadas de la reducción paulatina de estímulos (taper tantrum) en el que hemos vivido durante gran parte del año pasado. De acuerdo con nuestras previsiones, en los próximos seis a doce meses viviremos un régimen de tipo «Goldilocks »(en alusión al cuento de «Ricitos de Oro», es decir, un estado de tibieza, ni muy frío, ni muy caliente) o, dicho de otro modo, de aversión al riesgo.
Ambos regímenes justificarían incrementar la duración. Estamos empezando a buscar oportunidades para hacerlo en nuestras estrategias mundiales de renta fija multisectorial. No toda la duración es igual y, en general, hemos tratado de empezar por neutralizar nuestra posición en EE. UU. Hemos explorado oportunidades en mercados sensibles a los tipos de interés como Canadá, Suecia y algunos de los mercados emergentes locales como México. En estos momentos, preferimos los bonos de los mercados emergentes(ME) denominados en moneda local emitidos por algunas de las economías latinoamericanas, que han llevado la delantera en lo que respecta al ciclo de endurecimiento y a lo que descuenta el mercado.
En el componente de las divisas, contamos con un posicionamiento neutral en el dólar estadounidense. En los últimos meses, hemos reforzado nuestra exposición al euro y al yen para compensar una posición infraponderada en el dólar, además de buscar exponernos a divisas de los ME en otras regiones para aumentar el riesgo de cambio. Nos interesan las operaciones de pares (pair trades) basadas en un enfoque fundamental respecto de las valoraciones.
En el plano de la deuda titulizada y estructurada, las hipotecas revisten ahora mayor atractivo en vista de la ampliación de los diferenciales, si bien no resultan tan atractivas como en el cuarto trimestre de 2022. Nos seguimos centrando en las oportunidades idiosincrásicas y en las distorsiones que existen en algunos de los segmentos de CMBS de la cartera. Estamos reforzando la exposición a ABS que no dependen del consumo y que disponen de un respaldo de activos adecuado en forma de garantías ligadas a equipos. En general, conservamos un posicionamiento relativamente neutral en ABS y seguimos infraponderados en las hipotecas tradicionales.
En cuanto al crédito, hemos aumentado la exposición al crédito con calificación investment-grade y presentamos un sesgo hacia los mercados que han pasado a revelar un mayor número de distorsiones. En los ME, si bien seguimos sobreponderados en bonos de los ME denominados en moneda fuerte, hemos reducido dicha sobreponderación. En concreto, hemos liquidado algunas de nuestras posiciones en bonos de los ME con calificación investment-grade y hemos identificado valor en otros segmentos del mercado de crédito investment-grade o corporativo frente a los mercados emergentes. En el segmento del alto rendimiento, no observamos que el mercado descuente un elevado número de impagos, como hemos mencionado antes, y los diferenciales se han estrechado. Muchos inversores están dirigiendo su atención al tramo corto de la curva de tipos del alto rendimiento para tratar de obtener un diferencial y unos rendimientos adicionales. En nuestro caso, aunque seguimos contando con exposición a bonos de alto rendimiento, dicha exposición se fundamenta en un proceso ascendente (bottom-up) basado en nuestra plataforma de análisis. A la luz de los niveles que presentan actualmente los diferenciales, no buscamos necesariamente aumentar el riesgo de alto rendimiento.
Conclusión
Aunque los nubarrones siguen cerniéndose sobre los mercados, es un momento interesante para los inversores en renta fija. Hace años que los rendimientos y la inflación no se situaban en estos niveles. En vista de las numerosas incertidumbres, nos seguimos inclinando por la adopción de un enfoque activo y por la diversificación en el ámbito de la renta fija. A nuestro juicio, resulta fundamental disponer de una plataforma de análisis capaz de identificar oportunidades idiosincrásicas en un contexto convulso, así como tener un horizonte de inversión a más largo plazo.
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