Como indicamos antes, pese a la era de alto crecimiento de los años 90, las acciones resultaban caras incluso según este parámetro basado en el crecimiento. Como cabía esperar, dada la endeblez de la economía y del crecimiento de las ventas en todo el ciclo económico posterior a 2008, el ratio se incrementó hasta alcanzar máximos que no se observaban desde el punto álgido de la crisis de las «puntocom». El ratio precio-ventas cayó en cierta medida en 2021 debido al crecimiento registrado después de los confinamientos gracias a los estímulos fiscales y monetarios, que ya se ha desvanecido, y está registrando una nueva aceleración, ya que los precios de las acciones se han incrementado en 2023.
Conclusión
Las acciones son caras según los parámetros de valoración tradicionales. No obstante, la visión de conjunto presenta más matices. El régimen de reducidos costes de capital ha llegado a su fin, ya que los niveles de deuda acumulados tendrán que ser financiados a un coste más elevado, lo que reducirá el flujo de caja libre. El régimen de mano de obra barata ha llegado a su fin. Y el régimen de cadenas de suministro sobrecargadas e inversión insuficiente en sistemas (energías) más limpios para llevar un negocio ha llegado a su fin.
Si retomamos el axioma de George Box sobre modelos defectuosos pero valiosos en cierta medida, considero que podemos analizar la valoración desde una perspectiva similar. Cada ciclo económico y cada entorno de mercado es diferente, y estas idiosincrasias influencian la utilidad de varios parámetros de valoración; por ello, un amplio abanico de medidas de valoración, y comprender los defectos de cada una de ellas, puede resultar instructivo.
Nos hemos adentrado en un nuevo régimen. Un régimen en el que el capital y la mano de obra son más escasos que en ningún otro momento desde 2009. Un régimen en el que no todas las empresas lograrán obtener unas ganancias superiores a los nuevos o normalizados costes de los insumos. Un régimen de mayores impagos de préstamos y bonos, reestructuraciones de capital y bancarrotas. Las herramientas necesarias para afrontar con éxito el régimen actual son muy diferentes de las del pasado. Como George Box podría haber sugerido, conviene reconocer que todos los modelos sobre valoración y fundamentales son defectuosos, pero algunos todavía podrían ser de utilidad. Los inversores tendrán que esforzarse mucho más y es posible que les resulte beneficioso utilizar un abanico de herramientas no solo relativas a la valoración, sino también a los fundamentales, que les sirva de guía en este ciclo.
El ratio precio-beneficios se calcula dividiendo el precio por acción de una empresa entre el beneficio por acción.
El ratio precio-ventas mide el valor de una empresa en relación con su volumen total de ventas anuales.
El índice S&P 500 mide la rentabilidad de las 500 compañías cotizadas en bolsa de mayor tamaño de Estados Unidos que participan en el mercado estadounidense de renta variable.
El Nasdaq 100 es el índice que agrupa las cien acciones no financieras más grandes cotizadas en la bolsa de valores NASDAQ.
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