Principales riesgos y oportunidades más allá de los titulares

MFS se une a Eurasia Group para debatir los riesgos y oportunidades geopolíticos y lo que significan para la asignación de activos.

Más allá de los titulares: riesgos y oportunidades acrecentados para los inversores

Victoria Higley, gestora de carteras de renta variable institucionales, MFS

¿Cómo tiene en cuenta la IA y la tecnología emergente en las evaluaciones a nivel de empresa?

No cabe duda de que hoy existe un intenso debate en torno a la IA generativa, aunque nuestros equipos especializados en tecnología y nuestros expertos en diversos sectores llevan bastante tiempo analizando los cambios tecnológicos y su repercusión en las empresas.

Haciendo especial hincapié en la IA generativa, me atrevería a decir que ahora mismo existen más interrogantes que respuestas. Hemos estado manteniendo conversaciones con empresas emergentes en este campo, así como con grandes empresas tecnológicas consolidadas. Y nuestras primeras impresiones son, en mi opinión, que es probable que se obtengan enormes beneficios en torno a la productividad. De hecho, en una encuesta realizada entre los principales directores ejecutivos, alrededor del 56% afirmó que era su principal objetivo.

En términos de impulsores de ingresos, pienso que existen algunos beneficios, y alrededor de un tercio de los encuestados así lo señalaron. En realidad, en términos de inversión directa en I+D es mucho menor por el momento. Por ende, considero que esa escala total está aún por llegar.

Las ganancias de productividad resultan interesantes, y lo son en un gran número de sectores, a mi juicio. De modo que se trata de una situación que cabe esperar con impaciencia. Estimo que el mercado se ha apresurado en descartar a los ganadores obvios, es decir, aquellos que proporcionan el hardware o la potencia de cálculo, los que prestan servicios en la nube.

Sin embargo, el poder de los datos nos está dando mucho que hablar. Porque en realidad son los dos elementos clave, es decir, un conjunto de datos de calidad y, a continuación, la arquitectura. De modo que cabe la posibilidad de que a algunas de las empresas con mayores inversiones obtengan buenos resultados si ya han invertido en este tipo de tecnología. Y estamos profundizando en el tema de los datos propios y en cómo van a beneficiar a un gran número de empresas, así como en el uso de la IA en torno a los mismos.

¿Qué opina de los estilos y factores tradicionales de «valor»?

Creo que el año pasado, en particular, en 2022, este aspecto pasó realmente a un primer plano. Desde la reflexión, considero que hemos tenido una década de tipos de interés muy bajos, baja volatilidad que realmente ha favorecido estilos de gestores más de crecimiento y, por desgracia, hemos visto a muchos gestores de valor abandonar el mercado. De modo que, sencillamente no ha tenido tanto protagonismo. Los desafortunados acontecimientos en torno a Ucrania y la crisis energética, y sin duda la notable fluctuación observada en los tipos de interés y el potencial de tipos de interés más altos durante más tiempo y una mayor inflación, creo que han hecho que los inversores se replanteen ese tipo de categoría de valor tradicional.

Y considero probable que en la próxima década asistamos a unos tipos de interés más altos, una inflación más elevada, y una mayor volatilidad. Por lo tanto, opino que los inversores deben ampliar un poco más su campo de acción.

Henning Gloystein – Director de energía, clima y recursos, Eurasia Group

¿Qué riesgos u oportunidades están subestimando los mercados?

Si las cosas van bien, el desarrollo industrial de Europa en los próximos dos años brindaría una gran oportunidad. Hemos observado cómo la industria europea ha pasado de una gestión de emergencia, teniendo que arreglárselas sin los combustibles fósiles rusos, y hoy constatamos cómo se promulga una política industrial para tomar esas medidas de emergencia y ponerlas en un proceso de adaptación a largo plazo, que apoyará la descarbonización y probablemente, si se gestiona bien, volverá a poner bajo control los costes energéticos de la industria europea e incluso puede que haga que sea bastante competitiva a mediados de esta década. Por tanto, tal vez se pueda, si las cosas van bien, hablar de un dividendo verde.

Sin embargo, existe por supuesto un riesgo y es que si se gestiona mal, se gastan ingentes cantidades de dinero en subvenciones, se crean burbujas de activos subvencionados y se gasta mal el dinero, y entonces la situación podría acabar en un fracaso. Hasta ahora, Europa parece bastante bien encaminada en la consecución de sus objetivos para mantener su base industrial y un impulso de sostenibilidad en los próximos dos años.

Lucy Eve, estratega sénior – Director de macroeconomía y geoeconomía mundial en el grupo de Eurasia

¿A qué cuestiones geopolíticas deben prestar atención los inversores?

En este momento, está claro que hay mucho revuelo en torno a las relaciones entre Estados Unidos y China, tanto en lo que se refiere a los recientes esfuerzos diplomáticos que hemos observado como a la trama de los globos espía chinos. Pero también, si pensamos en los comentarios de «dictador» de Biden, por ejemplo, y la forma en que describió al presidente Xi Jinping.

Por tanto, creo que es un ámbito muy «ruidoso» al que deberíamos prestar atención porque la relación EE. UU.-China es la relación entre las dos superpotencias económicas clave del mundo en este momento. Es evidente que tendrá un gran impacto en los mercados y en las perspectivas económicas mundiales en función de cómo se desarrolle esa relación.

Así, creemos que esta situación se manifestará de varias maneras. Un posible impacto sería la volatilidad de los mercados a corto plazo. Nuestra hipótesis de base en el Grupo Eurasia para las relaciones entre Estados Unidos y China estriba en una disminución constante de los lazos, y también apreciamos un riesgo significativo de un deterioro rápido y precipitado.

Por consiguiente, la volatilidad de los mercados a corto plazo puede verse afectada. Los riesgos son especialmente altos en torno al sector tecnológico y a cualquier área que cualquiera de las partes considere clave para la seguridad nacional. Por ejemplo, en el sector aeroespacial y de defensa. Además, existe el riesgo de que la definición de seguridad nacional siga ampliándose.

Volatilidad a corto plazo, riesgos en torno al sector tecnológico en particular, pero creo que también importantes implicaciones en lo que respecta al crecimiento económico a largo plazo. En estos momentos, asistimos a un impulso acelerado hacia la eliminación del riesgo en EE. UU. y estamos viendo cómo Europa empieza a elaborar un plan más elaborado para sus esfuerzos de eliminación del riesgo. La forma y el ritmo de ese cambio en la fragmentación económica y el ritmo de esa reducción del riesgo van a tener implicaciones realmente importantes en cuanto a crecimiento.

Owen Murfin, gestor de carteras de renta fija institucional, MFS

¿Hacia dónde cree que apunta la inflación a partir de ahora?

Los medios de comunicación y los clientes tienden a centrarse mucho en la inflación al contado, mientras que a nosotros en realidad nos preocupa más dónde va a estar la inflación en el futuro. Si observamos los mercados, en términos de inflación a plazo, ha estado bajando de forma bastante consistente y eso es muy alentador.

Por ejemplo, la inflación prevista a 10 años de media analizando los EE. UU. rondará el 2,2%. Una cifra superior a la de la historia reciente, sobre todo a la anterior al COVID. Pienso que es razonable porque esperamos un espíritu de desglobalización, que podría ser bastante inflacionista. Y además, algunas de las inversiones verdes que vamos a presenciar podrían ser bastante incentivadoras.

Así considero razonable pensar que la inflación podría repuntar, aunque los mercados no están preocupados porque no esté anclada y eso es lo que los mercados están diciendo. Ahora bien, el otro punto es: la inflación al contado es muy alta y cabe preguntarse: ¿por qué la inflación subyacente en esos mismos niveles está suscitando inquietud?

Ahora intervienen muchos factores. En mi opinión, la política monetaria predominante se produce con retraso. Los tipos llevan mucho tiempo sin subir. La rapidez con la que se han subido ha sido considerable, pero han pasado menos de 18 meses desde que empezaron los EE. UU. y el BCE, y puede que se produzcan más subidas en los próximos 18 meses.

Por otra parte, aspectos como la vivienda no se verán tan afectados porque un menor número de personas tienen hipotecas en relación con la historia reciente y muchas de ellas exhiben tipos de interés fijos. Además, la economía se ha orientado más hacia los servicios que hacia los bienes, lo que, en general, ha sido muy estimulante.

Los mercados laborales también han estado muy ajustados y un gran número de empresas son reacias a despedir a gente, por lo que hay un cierto acaparamiento de empleados por miedo a no poder volver a contratarlos.

De modo que todos estos factores han hecho que la inflación no haya bajado tan rápido como se esperaba, pero creemos que con unas condiciones monetarias tan restrictivas como las actuales, el camino es realmente que baje bastante rápido a partir de ahora.

¿Cuáles son las clases de activos más atractivas actualmente?

Diría que estamos más preocupados por la recesión que el mercado. Por lo tanto, estamos buscando un entorno en el que los rendimientos libres de riesgo o los rendimientos de la deuda público cuentan con respaldo, si bien, al mismo tiempo, los diferenciales de crédito seguirán estando bajo algún tipo de presión, sobre todo en los próximos 18 meses.

Así, el componente más obvio en el que hay que invertir es la duración, y por eso pensamos que la deuda pública constituye ahora una parte importante de una cartera de bonos, así como aquellos sectores que tienen un precio adecuado para la recesión. En este sentido, podríamos dar dos ejemplos. El segmento europeo con calificación investment grade con alrededor de 160 puntos básicos adicionales reviste bastante atractivo, y algunos segmentos de los mercados emergentes, como los mercados emergentes en divisa local, también parecen bien valorados para un entorno más difícil en el futuro.

En cambio, evitaríamos los sectores más cíclicos de los mercados de crédito, pero en particular el alto rendimiento. En este sentido, creemos que las tasas de impago implícitas siguen en cotas demasiado bajas. En los próximos 18 meses se producirá un gran volumen de refinanciación, lo que podría suponer un reto. Por lo tanto, nos mantendremos en la calidad con una preferencia por la deuda con calificación investment grade sobre el alto rendimiento.

 

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