
mayo 2025
La incertidumbre puede brindar oportunidades
Ross Cartwright, estratega jefe, ofrece una visión general de los mercados de renta variable y de lo que puede deparar el futuro.
Ross Cartwright
Estratega jefe
Grupo de estrategias e información
La drástica imposición de aranceles por parte de Estados Unidos ha acentuado la preocupación en el plano geopolítico. Esto se ha traducido en un cambio brusco, no solo en las expectativas de crecimiento e inflación, sino también en las políticas fiscales, además de que podría derivar en una merma de la confianza en los activos estadounidenses, lo que ha provocado una retirada del capital extranjero, como pone de manifiesto la significativa depreciación del dólar estadounidense.
El impacto de la inflación podría revelarse transitorio, mientras que el impacto sobre el crecimiento mundial podría constituir un motivo de gran inquietud. Los indicadores de confianza muestran una sintonía claramente negativa, y los datos a corto plazo podrían seguir viéndose influidos por el hecho de que las empresas y los consumidores tratan de ir por delante de los aranceles.
Los consumidores podrían verse afectados de diversas maneras, lo que podría desembocar en un cambio en su comportamiento.
Entre los factores que podrían provocar este cambio se encuentran la falta de confianza, que podría desembocar en un mayor ahorro y un menor consumo, y el temor a la pérdida de puestos de trabajo debido a la reducción del comercio mundial y a la ralentización de los beneficios empresariales. También existe la posibilidad de una reacción violenta contra las marcas ante el creciente enfado por el enfoque de la Administración estadounidense. Ya existen pruebas de que hay menos turistas en Estados Unidos.
Aunque los datos no muestran notables indicios de flaqueza económica aún, los meses venideros cobrarán una vital importancia. A los aranceles se suma el hecho de que Estados Unidos está acometiendo un endurecimiento de su política fiscal, dado que la Administración se propone reducir el déficit. El recorte en el gasto público resulta propicio para la salud financiera del gigante americano a largo plazo, aunque tendrá repercusiones negativas a corto plazo para la economía.
Las transiciones generan fricciones, y prevemos que la volatilidad seguirá en cotas elevadas en este entorno. A corto plazo, los mercados de renta variable podrían reaccionar más a los anuncios que a los datos, ya que los analistas intentan recalibrar sus expectativas de beneficios empresariales en una coyuntura macroeconómica y política que no deja de evolucionar. Como gran importador, Estados Unidos se enfrenta a perturbaciones en el suministro mucho más complejas y difíciles de abordar que una caída de la demanda interna.
Creemos conocer la causa y la solución. Por lo general, la volatilidad se ve espoleada por lo que ocurre en los mercados, y las autoridades políticas se reúnen para solucionar los problemas. Aunque puede haber incertidumbre sobre si las políticas funcionarán como se desea, suelen ir en la misma dirección. En este caso, lo que está impulsando la volatilidad son las políticas y la falta de transparencia en cuanto a los objetivos de dichas políticas. Esto podría corregirse, pero no sabemos si lo hará ni cuándo, y, como era de esperar, las relaciones tradicionales se están rompiendo, como la debilidad del dólar estadounidense y del Tesoro en un entorno de aversión al riesgo.
Los beneficios empresariales hacen frente a vientos en contra a medida que el crecimiento económico parece desacelerarse por los aranceles y las restricciones en materia comercial. Aún está por ver en qué nivel «aterrizan» los aranceles, el desenlace de las negociaciones recíprocas y las represalias que podrían adoptar los demás países. Todo esto genera un entorno de incertidumbre en el que las empresas deben tomar decisiones a largo plazo en relación con los gastos de capital. Los compromisos pueden o no convertirse en inversiones hasta que haya claridad en términos de política, y se tardará años en ejecutar y ver el rendimiento de los proyectos. Además, esta situación debería incrementar las necesidades de capital circulante, lo que incidiría de forma negativa en los márgenes.
Los puntos de partida son importantes, de ahí que sea esencial mirar más allá de Estados Unidos. La renta variable estadounidense ha cotizado a valoraciones altas en términos históricos, mientras que los múltiplos en todo el mundo siguen coincidiendo con sus medias a más largo plazo o presentan descuento respecto a ellas. Conforme Estados Unidos se embarca en un ciclo de endurecimiento fiscal de forma simultánea a la expansión fiscal que acometen Europa y China, valdría la pena sopesar las asignaciones a la renta variable no estadounidense con el fin de diversificar las carteras y disponer de un mayor margen de seguridad.
En este entorno, los inversores tienen que buscar empresas resilientes que puedan sortear la incertidumbre. Las valoraciones — catalizador de los flujos de caja y los riesgos para los flujos de caja — adquieren una importancia creciente. Todo ello deriva en una mayor dispersión entre sectores y regiones, lo que debería ser beneficioso para los gestores activos en su intento de encontrar ganadores y evitar perdedores. Los índices generales podrían presentar una sobreexposición a las empresas y las regiones que exhiben un mayor riesgo.
Sea selectivo. Seguimos prefiriendo los títulos no estadounidenses frente a los estadounidenses por las valoraciones relativas y las divergencias en materia de política. A nuestro parecer, el actual panorama favorece el alpha frente a la beta. Mientras que algunos sectores, regiones o factores se enfrentan a vientos en contra más fuertes, incluso las empresas que desempeñan actividades similares podrían verse afectadas de manera diferente en función de su base de producción, sus cadenas de suministro y su ubicación. Aquellas que ofrecen productos críticos no sustituibles y cuentan con poder de fijación de precios se hallan en una buena posición.
Los ganadores del pasado podrían no ser los ganadores del futuro. La suerte puede cambiar a medida que el nivel de perturbación de los sistemas comerciales y financieros mundiales impulse cambios estructurales. Seguimos opinando que una postura defensiva resulta adecuada y creemos que los siguientes segmentos brindan oportunidades atractivas. Ahora bien, la capacidad de selección sigue siendo clave:
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